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- Feb 18
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Una batalla ganada en la guerra de las tarjetas revolving
Buenas noticias para los afectados por el uso de las tarjetas revolving, una entidad ha tenido que devolver más de 20 mil euros a una viguesa
El juzgado sentenció que los créditos concedidos no eran transparentes
En el año 2003 una vecina de Vigo contrató su primera tarjeta revolving. Su negocio familiar pasaba un mal momento y decidió pedir ayuda. Así empezaba un calvario que ha terminado en los tribunales.
Tras firmar llegó la crisis y los problemas se hicieron aún mayores. Esta situación desesperada la llevó a firmar dos prestamos más.
«La gente se pregunta por qué estos afectados tienen tantas tarjetas contratadas. Entran en tal espiral que acaban pidiendo otro crédito para pagar el anterior»
En España las víctimas de las revolvió se cuentan por miles, ya que es la formula de financiación más rápida. En unas horas tienes el dinero en tu cuenta bancaria, y lo puedes ir devolviendo en cuotas mensuales.
Poco después no se tarda en dar cuenta de que los intereses son desproporcionados, pudiendo llegar a cuotas del 30%.
Todos los meses se paga la cantidad establecida o un porcentaje del dinero utilizado. Pero como este pago mensual no suele cubrir el principal -y se suele seguir disponiendo de más dinero- los intereses se disparan.
Las revolving: la antítesis de la claridad
Pero ahora los tribunales le han dado la razón a esta afectada con dos sentencias en una semana.
La primera ha condenado a una entidad a devolverle 1.740 euros porque el contrato «no supera el control de transparencia». De esta forma se determina la nulidad del documento. Este préstamo, formalizado en el 2011, fue de 600 euros al principio y en tres años alcanzó los 2.200. En noviembre del 2016 ya había pagado más de 4.600 euros. Es decir, más del doble. El problema es que aún debía casi 1.200 más.
La sentencia afirma que los intereses estaban establecidos en el contrato entre el 10,95 y el 24,5 %, pero que en ningún caso bajaron del 22,08 % anual, que las cláusulas y condiciones están insertas en un conjunto de «condiciones económicas prácticamente ilegible», siendo el documento «la antítesis de la claridad y la comprensión lectora».
Por 21.000 euros gastados había devuelto más de 41.000 y aún debía casi 9.000
Con la segunda sentencia ha conseguido que le devuelvan más de 20.100 euros. En este caso también por falta de transparencia en el contrato. Todo comenzó firmando un crédito en el 2003. Más de tres lustros después había pagado más de 40 mil euros por los 21 mil de los que dispuso.
Además la financiera le reclamaba otros 9.000 euros.
La sentencia ha fallado por la demandante ya que las cláusulas eran muy difíciles de leer o prácticamente ilegible».
Ahora, tras sendas victorias, esta viguesa afronta otra cita judicial pendiente: una tercera revolving que tiene recurrida en la Audiencia Provincial. Reclama la devolución de otros 10.000 euros.
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